jueves, 5 de septiembre de 2013

Juventud

Somos fuertes, jóvenes e inteligentes, pero muchos no escuchamos nuestro interior, somos inmaduros y no prestamos atención. A veces me descontenta ver en muchos de mis amigos, no mayores de 20, la apatía en cada día, el desgano por vivir. Quisiera tener en mis manos una receta que nos ayude cada instante a despertar, y lo digo porque muchos se desconectan de la verdadera realidad, refugiándose en una fantasía que a ningún lado los llevará.
Yo comprendo que el mundo está un poco sofocante, pero el mejor remedio para refrescarse es saberlo enfrentar. No quiero considerarme una joven cobarde, si así fuera las caídas me tuvieran bajo tierra, pero aquí estoy, sonriente y abriendo la puerta a las oportunidades que te da la vida.
Por ser jóvenes creemos saber lo que es malo y bueno, pero debemos como complemento los consejos que se atraviesen escuchar.
Es cierto, siempre debes analizar y recuerda que cuando caemos es para no perder la sensibilidad. He visto en la juventud que me rodea, tristeza, complejos, falta de aceptación, Y ni hablar de la inmadurez que a muchos les invade el corazón. A veces he pensado que anticuada seré yo, porque no fumo, no bebo, yo utilizo mi razón, tengo sano el corazón y la conciencia y no he perdido la visión.
Y a los jóvenes de hoy no les interesa del todo lo que para el mañana representa su formación. Y los países se vuelcan en el barranco de la recesión porque las semillas no crecen, no miran al sol, es un terreno abandonado que lo invade la ignorancia y la mediocridad. ¿Dónde está el verdadero sentido de la vida? Ahora me pregunto yo. Cuando yo considero que alimentar nuestros conocimientos, demostrar lo que eres sin represión, salir adelante con esmero, caminar siempre cuidando el resbalón,

Es lo que te da verdaderamente el empujón para construir piezas nuevas forjando un destino mejor. ¿Dónde está la fuerza de la juventud, sus habilidades, su imaginación? Soy una joven de 19 años que les escribe desde el interior, para recordarles que con los años muchos se arrepienten de lo que hoy día son. El detalle de la vida se oculta en ir cultivando tu interior, que tú eres importante, tú vales, eres lo mejor.
Que somos seres humanos triunfantes, alimenta el corazón.
Ahora escucha un consejo de alguien que tiene poco recorrido, pero que el mismo le ha permitido crecer y madurar. Yo antes no encontraba el sentido a muchas cosas en mí alrededor.
Y aprendí a ver a este mundo sombrío y la impotencia fragmentaba lo que soy, pero no olvidaba que existo, soy ser humano como todos, y que podemos ser mejor.
No dejarse abatir por los problemas, debemos jugar con ellos para ganar, no dejarse derrotar por la tristeza ¡comiendo chocolate se espantará!
Disfruta cada noche con tus amigos, cuida tu cuerpo y no dejes tu mente volar, Recuerda que el que pisa bien la tierra, su terreno en la vida ha de asegurar.
Simplemente porque somos jóvenes debemos agradecer, que tenemos un camino por delante que es importante para aprender. No desperdicies ni un instante, acepta que debes fortalecer tu integridad como persona, revalorizar tu cultura, quererte cada día más y los demás. Así verás que un día enseñarás al mañana como se llega a crecer y cómo descubriste el camino de la victoria, del éxito y del renacer.

Juventud

Somos fuertes, jóvenes e inteligentes, pero muchos no escuchamos nuestro interior, somos inmaduros y no prestamos atención. A veces me descontenta ver en muchos de mis amigos, no mayores de 20, la apatía en cada día, el desgano por vivir. Quisiera tener en mis manos una receta que nos ayude cada instante a despertar, y lo digo porque muchos se desconectan de la verdadera realidad, refugiándose en una fantasía que a ningún lado los llevará.
Yo comprendo que el mundo está un poco sofocante, pero el mejor remedio para refrescarse es saberlo enfrentar. No quiero considerarme una joven cobarde, si así fuera las caídas me tuvieran bajo tierra, pero aquí estoy, sonriente y abriendo la puerta a las oportunidades que te da la vida.
Por ser jóvenes creemos saber lo que es malo y bueno, pero debemos como complemento los consejos que se atraviesen escuchar.
Es cierto, siempre debes analizar y recuerda que cuando caemos es para no perder la sensibilidad. He visto en la juventud que me rodea, tristeza, complejos, falta de aceptación, Y ni hablar de la inmadurez que a muchos les invade el corazón. A veces he pensado que anticuada seré yo, porque no fumo, no bebo, yo utilizo mi razón, tengo sano el corazón y la conciencia y no he perdido la visión.
Y a los jóvenes de hoy no les interesa del todo lo que para el mañana representa su formación. Y los países se vuelcan en el barranco de la recesión porque las semillas no crecen, no miran al sol, es un terreno abandonado que lo invade la ignorancia y la mediocridad. ¿Dónde está el verdadero sentido de la vida? Ahora me pregunto yo. Cuando yo considero que alimentar nuestros conocimientos, demostrar lo que eres sin represión, salir adelante con esmero, caminar siempre cuidando el resbalón,

Es lo que te da verdaderamente el empujón para construir piezas nuevas forjando un destino mejor. ¿Dónde está la fuerza de la juventud, sus habilidades, su imaginación? Soy una joven de 19 años que les escribe desde el interior, para recordarles que con los años muchos se arrepienten de lo que hoy día son. El detalle de la vida se oculta en ir cultivando tu interior, que tú eres importante, tú vales, eres lo mejor.
Que somos seres humanos triunfantes, alimenta el corazón.
Ahora escucha un consejo de alguien que tiene poco recorrido, pero que el mismo le ha permitido crecer y madurar. Yo antes no encontraba el sentido a muchas cosas en mí alrededor.
Y aprendí a ver a este mundo sombrío y la impotencia fragmentaba lo que soy, pero no olvidaba que existo, soy ser humano como todos, y que podemos ser mejor.
No dejarse abatir por los problemas, debemos jugar con ellos para ganar, no dejarse derrotar por la tristeza ¡comiendo chocolate se espantará!
Disfruta cada noche con tus amigos, cuida tu cuerpo y no dejes tu mente volar, Recuerda que el que pisa bien la tierra, su terreno en la vida ha de asegurar.
Simplemente porque somos jóvenes debemos agradecer, que tenemos un camino por delante que es importante para aprender. No desperdicies ni un instante, acepta que debes fortalecer tu integridad como persona, revalorizar tu cultura, quererte cada día más y los demás. Así verás que un día enseñarás al mañana como se llega a crecer y cómo descubriste el camino de la victoria, del éxito y del renacer.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Un buen desayuno

Un buen desayuno para un excelente día: Una taza de alegría humeante de energía, tu día es único, una gran porción de optimismo, hoy pude ser un día muy agitado, una porción de sencillez, hoy tratarás con muchas personas, un pedazo de paciencia, de pronto hay esperas, un gran trozo de tolerancia, muchos no comprenderán lo que dices, una cucharadita de entereza, puedes tener dificultades, una porción de comprensión, habrá muchos que recurrirán a ti, una porción de candidez, de ti dependerán lo que te busquen, otra porción de sonrisas, tú serás el aliciente de muchas almas y sobre todo un gran plato de amor, Dios está contigo y en ti se reflejará su presencia, y recuerda la felicidad tú mismo la construyes.

Reflexiones de un día de primavera

En la vida se nos ofrecen diversas oportunidades, muchas de ellas al dejarlas pasar, se pierden caminos que pueden llevarte al éxito más algo. Una puerta que se abre es una ventana abierta al conocimiento y a metas que seguramente te enseñen nuevas formas de afrontar la vida. Ya sabemos que para llegar a conseguir algo, no todo son alegrías. Como cuando éramos pequeños, cuantas veces nos caímos antes de aprender a ir sin ruedecillas en la bici...
Pues así todo, vas haciéndote mayor, vas creciendo y primero es en el colegio, más tarde en el instituto, y al hacernos adultos se intensifican: los niños, la casa, el trabajo, la pareja... Todo eso son vivencias, enseñanzas del día a día, que aunque no lo creamos, al levantarnos por las mañanas nos enfrentamos a un nuevo día, una nueva meta, que quién sabe lo que nos espera... ¿Habrá mucho trabajo en la oficina?, ¿Se habrá acordado equis de traerme los apuntes? o ¿Estará bien equis en la guardería?
Son preguntas del día a día. Y por qué no preguntarnos ¿Cómo puedo hacer que mi jefe ría? o Voy a comprarle un regalito a Carlos que se ha portado muy bien. Día a día hay muchos detalles que marcan cada acción que hacemos, aunque en situaciones de estrés no nos damos cuenta de cómo actuamos, simplemente hacemos lo que consideramos oportuno en cada momento de la vida, sin pensar en las consecuencias de las acciones que hacemos, tan sólo actuamos. Pues en esos momentos es cuando tenemos que darle valor a los detalles, porque si estás alterado puede que digas cosas o hagas gestos que molesten a los otros.
Hay que saber que aunque en esos momentos no te encuentres bien, siempre habrá alguien que haga que te sientas especial, que te abra los ojos, que te guíe y que recorra el camino a tu lado. Todo son oportunidades, sólo hay que abrirles la puerta y dejarlas pasar. Después de que sirve arrepentirse, tuviste en tus manos el poder de elegir tu futuro y elegiste no hacer nada. No sirve pensar en Si yo hubiera ido... o Si yo hubiera aceptado el empleo...
Porque ahora estás aquí, ahora tienes enfrente tu presente y tu futuro, y lo que hagas te repercutirá para bien o para mal. Lo mejor es no pensar en el pasado si no es para sonreír y recordar buenos tiempos, si no avanzar en tu camino y ser feliz. Ser feliz ya pueda tratarse por ejemplo de visitar a algún pariente que hacía tiempo que no veías, entablar conversación con el compañero de trabajo, o simplemente sonreír por ver que puedes compartir un nuevo día con todas aquellas personas que te apoyan.

Vive el momento, disfrútalo mientras puedas, no sabes lo que sucederá mañana, tal vez ya no quede nada.

Una carta que nunca envié...

“Esta carta la escribo no por ti, no por mí”… Sino para ustedes: en realidad cuando hay problemas el ser humano vive sumergido en una atmósfera sin perspectivas para el presente inmediato, sin saber que hacer para deslastrarse de la secuela que lo agobia y lo separa del bienestar que merece como ser humano. Parece condenado por el sólo hecho de haber protagonizado una historia de ficción, que pasó por el más cruel tormento que se le puede infligir a ser humano alguno:
La hostilidad, el suplicio de sentirse rechazado, sin rumbo, casi convertido en una sombra que pena por su verdad y clama no ser olvidado. Entonces se transita un camino triste vulnerado por el tiempo, después que por muchos años se consideraron los proyectos para soñar, anteponiendo siempre aquello de que “en el camino se arreglan las cargas”. Tratamos de aceptar que sólo nos queda un vacío, un silencio o un recuerdo muy vago y difuso de los momentos bonitos que se vivieron, para justificar el suplicio de la esperanza y disimular la (in)tolerancia compartida en una carrera de aliento del destino.
A veces, he llegado a pensar que no existimos, que ese lugar que ocupamos en el universo es fábula, que el ser humano deambula como fantasma en una relación espacio-tiempo que se niega a morir. Que somos dueños de un discurso repetitivo producto de las heridas que ha dejado un mal recuerdo, pero que en el fondo no es la cara que deseamos tener, pues aunque los rostros sonrían, el corazón llora de amargura unas veces y de orgullo en otras.
Esa es la dinámica diaria que se ha impuesto el ser humano que no quiere acordar. Una perversa rutina que se impone cada día y lo conduce hacia un dolor muy intenso. A pesar de todo ello, creo que se pueden erradicar todas esas actuaciones negativas, participando sinceramente en una tregua que permita sentirse ser humano de verdad. ¿Es realmente esto posible? ¡Claro que si! Siempre y cuando se tenga la disposición, por el contrario entonces, se continuaría zanganeando como sombras fantasmales.
No se puede poner en alto relieve la incapacidad de convivencia, ya que eso conlleva a la falta de aceptación definitiva, a la desconfianza y a la negación del ser humano como tal, lo que seria lamentable para todo su entorno familiar, por lo que no se debe desperdiciar la oportunidad que se pueda presentar, que podría ser la última, para compartir nuevamente las alegrías y tristezas de la convivencia… 
Correspóndele a ese individuo ser protagonista de una nueva historia, con un nuevo guion que lo lleve a un futuro mejor, con una actuación más digna, que lo saque del empantanado pasado, que únicamente lo impulsa a emociones diabólicas configuradas por su propio orden, regido tal vez; por la siembra de odio, de venganza y de orgullo. En la relación humana nada es propiedad exclusiva del otro, algunos se lo creen, pero esto hay que suprimirlo.
Ese infame y triste papel de dueño hay que arrancarlo de la mente para poder instaurar una relación común, donde impere el respeto, la tolerancia y la confianza como trama principal de la historia, sin ánimo de hegemonía, pero si de participación, para la búsqueda de soluciones que coadyuven a encontrar de nuevo el camino perdido. 
Más allá del formalismo, comprometerse a ser más humanos, a ser gente de verdad, propiciando diálogos constructivos que sirvan de medicina para tratar esos males que se han padecido. La meta entonces es, mejorar la salud del espíritu para que de nuevo recupere su vigencia y trascendencia que es lo esperado ansiosamente por todos. Si se está dispuesto y dependiendo de las capacidades, hay que insertar un lenguaje renovado en las conversaciones, para redescubrir las fronteras de un futuro más promisor, sin miedo y sin estar sometido al “¿qué dirán?”.
Ese debe ser el compromiso que desde cualquier escenario debe emprenderse ética y moralmente, para reflexionar sobre los errores cometidos y buscar las posibles soluciones inmediatas. De igual manera, es fundamental tomar en cuenta las fortalezas divinas de cada ser para propiciar la refundación de las relaciones extraviadas, hecho éste, que no debe verse influenciado por ninguna óptica interna y, mucho menos animado por perversos puntos de vista externos. 
En este contexto se deben erradicar los complejos que impiden buscar de nuevo los horizontes perdidos, cambiando de mentalidad para no andar a la deriva esperando que los años pasen…y es que el transcurrir del tiempo no engaña, nos hace ver como somos y como éramos, como estamos y como estábamos, como andamos y como andábamos: de una suerte de dinámica competente y alegre a una rutina inconveniente y triste… Hay que buscar esos nuevos caminos para ofrecer y recibir lo que verdaderamente merecemos, no hay que evitar hacerlo, asumiendo el compromiso con responsabilidad y sensatez y, con la transparencia necesaria en las diferentes acciones, sin resentimientos ni orgullo… Porque la vida es corta y lo que pasó… ¡Pasó!…
“Perdónenme esta carta, porque sé que nunca la enviaré”. Primero: porque el destinatario somos todos… y, segundo: porque el tiempo pasa y con él nuestra existencia…y continuamos siendo los mismos, sin tener conciencia que tarde o temprano ya no estaremos...

¿Quién soy?

Al despertar por la mañana, por la tarde, por la noche y antes de irme a descansar a mi lecho, me hago siempre la misma pregunta: -¿Quién soy?... No importa cuántas veces me lo pregunte, el oráculo es siempre el mismo: -¡Sólo soy un cúmulo de experiencias y emociones! Me detengo y pienso en mi respuesta y acto seguido me siento satisfecho de la misma, sencillamente es la respuesta más exacta, perfecta e idílica que se puede tener a tan excelente y ninfómana pregunta. 
Te preguntarás ¿por qué? Bueno, te respondo a continuación: diariamente nos vemos sujetos a experimentar una serie infinita de emociones que pronto se tornan parte de la rutina y por consiguiente no nos percatamos de las mismas. Por ejemplo diariamente amamos, lloramos, sonreímos, odiamos, nos sentimos felices, nos desanimamos y nos sentimos solos, perdidos, abandonados y así un sinfín de sentimientos y emociones que forman parte de nuestras experiencias habituales como ir a trabajar, salir de paseo, conocer individuos nuevos y demás. Pero aun con todas estás emociones y experiencias acumuladas no nos sentimos seres completos. 
¿Por qué? Porque el amar también conlleva odiar y el odiar es un sentimiento incompleto, porque el llorar intenta purificar el alma, pero aun así no existe alma pura, el sonreír muchas veces forma parte de una felicidad fingida y la felicidad es un concepto no una realidad y está a su vez es relativa, es decir, no existe nada absoluto. Así como cada emoción, sentimiento, huella, efecto, conmoción e impresión tiene su reciprocidad, así cada experiencia tendrá un renglón diferente a destacar, por ello será una nueva historia a redactar.
El mejor libro a escribir, será aquel que hable de nuestra historia. Nuestras crónicas son el cementerio de nuestras experiencias vividas, nuestros más temibles secretos, son las que nos definen, y por ello serán las que darán respuesta a la interrogativa ¿Quién soy?... esperaré con ansias el día en que calle el silencio, enmudezca la guerra y la vida nos sonría.
…Lo mejor de todo es que aun amanece gratis…

Río de la vida

Alguna vez escuché que la vida era como un río, la corriente era el destino que te llevaba algún lugar, una meta. En el río de la vida hay dos tipos de personas: las que flotan y las que nadan. Las personas que flotan por el río, dejan que el destino las lleve a donde quiera, pueden recorrer varios caminos y al final llegar a una meta que a lo mejor no era lo que querías, probablemente te sientas frustrado y aceptes el lugar a donde el destino te llevó o quizá quieras redefinir tus metas y quieras comenzar un nuevo camino. Siempre hay tiempo, nunca es tarde para redirigir tu vida y decidir hacia dónde vas, claro, remar contra la corriente no es fácil, pero tampoco es imposible.

Las personas que nadan saben hacia donde van, pueden dirigirse por los distintos caminos que la vida les pone, utilizan la corriente para poder llegar más rápido hacia su meta, al final se sentirán muy orgullosos de donde están y satisfechos de que hicieron lo indispensable para estar donde ellos querían. Hace poco pensaba sobre esta metáfora, tiene mucha razón, pero que pasa cuando eres de las personas que nadan y te sientes muy cansado de seguir, a mí me paso.
Creo que en ese tipo de situaciones uno puede aprovechar la corriente del río y flotar mientras reúnes las energías suficientes para continuar, claro no es dejarlo todo al destino, utilizarás las fuerzas suficientes para dirigir tu rumbo y no dejar que el destino te lleve a donde quiera. Llegar al destino te llevará un poco más de tiempo pero ten la seguridad de que llegarás.

Ahorita he reflexionado y considero agregar un punto más a tomar en cuenta, recuerdo también una frase que dice que la felicidad es un trayecto no un destino, integrándolo con la metáfora sería, asegúrate de disfrutar el camino por el cual estas nadando, disfruta del agua, del sol, de la orilla del río, de las personas que te encuentres en el camino nadando hacia su meta, en fin, disfruta de lo que te vayas encontrando a tu paso, te ayudara a que el trayecto sea mucho más ligero.
Cuando llegues a la meta que querías te sentirás excelente sabiendo que llegaste a donde querías y no sólo eso disfrutaste tu trayecto. Quisiera agregar una cosa más, recuerda de dónde vienes, esos motores que te impulsan a salir adelante, tu familia y seres queridos. Gracias a ellos y a sus enseñanzas estas donde ahora estas.

Soltar

La palabra soltar tiene grandes implicaciones emocionales, se ve y se escucha tan sencilla de decir, “suéltalo” “no pasa nada” pero en el fondo claro que pasa y eso que nos pasa nos mueve toda la existencia. El soltar implica dejar las manos libres, abiertas es como meterlas al agua que fluye, no se puede detener nada sigue su camino y si se detiene corremos el riesgo de quedarnos anclados en algún lugar que puede ser cómodo, pero a final de cuentas anclado.
A veces soltar duele, duele dejar atrás situaciones vividas al lado de seres que nos acompañaron en algún trayecto de nuestra vida, pero fueron puestas ahí para enseñarnos lo que necesitábamos aprender en ese momento ni antes ni después. Es importante cerrar ese ciclo darles las gracias a esas personas, situaciones por todo lo aprendido y continuar con el camino.
Soltar implica crecer y crecer implica vivir, y vivir es arriesgarte a vivir lo que venga en tu vida. Es importante recibir con los brazos abiertos todo lo que llegue a nuestra vida, sin anclarlo y crecer juntos de la mano dejando un espacio de libertad en cada uno de nosotros.

Un mundo de fantasías

Vivir plenamente es lo que todos los seres humanos deseamos, y vivir plenamente no es vivir sin problemas, al contrario vivir de está forma significa que vives con todo, con las angustias, con los dolores, con las alegrías y con todo lo que forme parte de tu vida. Algunos tienen un concepto erróneo de lo que significa vivir a máxima plenitud, no aceptan lo negativo de su vida y lo esconden. Estas personas crean un mundo de fantasías, intentan aparentar lo que no son y es lo que tratan de reflejar hacia los demás pero lo cierto es que no engañan a nadie más que a ellos mismos.
Se hunden poco a poco en un mundo de tinieblas, un mundo del cual muchas veces se hace muy difícil salir. Todos sabemos que las fantasías son imágenes que creas en tu mente, son sueños de lo que no eres pero quisieras ser. Tu subconsciente crea un aparente mundo que para tu entender es real aunque no sea así. Las personas que crean este mundo de fantasías a menudo comienzan con cosas insignificantes pero que con el tiempo se convierten en algo enorme que abarca la mayor parte de su vida.
En ocasiones no creas una fantasía sino que continúas una realidad que ya se acabó y la transformas en una mentira que para ti significa minimizar tu dolor por lo que ya termino. Un ejemplo de esto son las parejas muy enamoradas que vemos a nuestro alrededor, las vemos felices, viviendo su mejor momento y de repente todo cambio, comenzaron los problemas, las peleas pero estas personas no tienen el valor de aceptar su realidad y lo disfrazan para crear el mundo perfecto aunque en su interior se estén muriendo.
Esto es un completo error ya que se causan daño a sí mismos y sufren viviendo en una gran mentira que sólo traerá la amargura a su vida. Quien no haya tenido alguna fantasía en su vida no ha vivido plenamente pues sin fantasías no existirían los sueños y sin sueños no habría realidad. Pero tenemos que ver hasta que punto llegan nuestras fantasías. Porque el día que tus fantasías acaben con tu realidad ese día estarás perdido.
Quizás no del todo pero tu vida se convertirá en fantasía y tu fantasía en realidad es decir, te será muy difícil volver a tu mundo a tu realidad, esto será la perdición en tu vida. Date cuenta hoy que no hay mejor camino que aceptar tu realidad por difícil que sea, el día que aceptes tu realidad tu vida será más simple y podrás vivir día a día sintiéndote orgulloso de ser quien eres. Se tú mismo con defectos y con virtudes vive tu vida y crece diariamente como persona, recuerda en está vida no hay experiencia más satisfactoria que vivir plenamente al final del camino veras que valió la pena. Amate, disfrutate, quiérete a ti mismo y sobre todas las cosas valora tu vida, pues algún día expirará.

Aprende a apreciar la vida

Hoy sentí que de nuevo algo en mi había cambiado, me di cuenta que la vida no son carros, joyas, etc... Piensa por un segundo si esa es la felicidad... ¿No es cierto? La felicidad se trata de vivir y hacer lo que tu corazón dicte. No te dejes llevar por fríos comentarios que te dicen lo que tienes que hacer o lo que no...

Normalmente muchas personas en esta vida hacen las cosas por hacer feliz a los demás, no digo que eso sea malo pero si esa persona te está diciendo como ser y que hacer esta mal, piensa… Si esa persona quiere ayudarte o quiere lo mejor para ti nunca te pedirá eso, ayuda pero recuerda que también puedes hacer feliz a los demás siendo tú mismo, no dejes que las influencias te cambien, elogia lo que eres, se feliz...

En esta vida muchos nos preguntamos ¿Por qué a mí? ¿Qué hago en el mundo? ¿No tengo suerte? Malas, malas preguntas que nunca te llevarán a nada bueno, simplemente porque todos tenemos una misión la cual debemos cumplir con orgullo. Observa la vida a tu alrededor, dime si un carro te hace más feliz que estar en un paisaje gozando de la naturaleza que Dios te regaló, piensa si una joya te va a hacer más feliz que tener al amor de tu vida a tu lado, pero…

Es un error que muchos no sabemos, que muchos no queremos admitir porque aún no reflexionamos. De la vida piensa en cómo ser feliz con lo que tienes, la naturaleza con lo que Dios creó, no con lo que el hombre creó. Todos estamos a tiempo de darnos cuenta del significado de la vida.
Te contaré que viví una historia que la verdad fue triste: quise mucho a alguien y me dejé caer siendo una persona malhumorada, odiosa, sin quererme a mí, pero con el tiempo conocí a alguien que sin darme cuenta esa persona me hizo reflexionar, llegué a ser más amable y menos malhumorada, pero te cuento que a esa persona la perdí por terca. Por no saber lo que tenía.

En momentos que esa persona me dejó, pude llegar a ver como estaba desperdiciando mi vida, como había caído de tal forma de llegar a ser alguien así y fui que pensé ¿Para esto Dios me trajo al mundo? Pues no. Me trajo para aprender de cada error, a salir delante, aprender de cada cosa que me pase, aprender a usar mi misión. Valorar lo que tengo que con eso soy feliz, a mi familia que la había dejado abandonada y tantas cosas...

Hoy estoy orgullosa de saber que la vida es tan hermosa, que cada lección te puede hacer más fuerte, más valiosa y que cada experiencia que viva es maravillosa ¿sabes por qué? Porque la vida es un camino que seguir, para cuando vayas al reino amado y eterno seas la persona que Dios quiere que seas. No esperes el último momento de vida para arrepentirte, hazlo antes y date cuenta lo bella que es la vida que sólo son quizás 80, 90, 70 años para aprender a vivir como Dios quiere que lo hagas.


¡Aprende cada lección de la vida, ama la vida y amate a ti sin perder la fe y esperanzas!

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