lunes, 14 de abril de 2014

EL AMOR VERDADERO

Papi... ¿Cuanto me amas?

El día que mi hija nació, en verdad no sentí gran alegría. Por que la decepción que sentía parecía, ser mas grande que el gran acontecimiento que representa tener una hija

¡Yo quería un varón!

A los dos días de haber nacido, fui a buscar a mis dos mujeres, una lucia pálida y agotada y la otra radiante y dormilona

En pocos meses me deje cautivar por la sonrisita de mi Carmencita y por la infinita inocencia de su mirada fija y penetrante, fue entonces cuando empece a amarla con locura

Su carita, su sonrisita y su mirada no se apartaban ni por un instante de mis pensamientos, todo se lo quería comprar, la miraba en cada niño o niña, hacia planes sobre planes, todo seria para mi Carmencita

Este relato era contado a menudo por Rodolfo, el padre de Carmencita y yo también sentía gran afecto por la niña que era la razón mas grande para vivir de Rodolfo según decía el mismo

Una tarde estaba mi familia y la de Rodolfo, haciendo un picnic a la orilla de un rio cerca de casa y la niña entablo una conversación con su papa, todos escuchábamos:

Papi,... cuando cumpla quince años, ¿cual sera mi regalo?

Pero mi amor, si apenas tenes diez añitos, ¿no te parece que falta mucho para esa fecha?

Bueno papito,... tu siempre dices que el tiempo pasa volando, aunque yo nunca lo he visto por aqui

La conversación se extendía y todos participamos de ella, al caer el sol regresamos a nuestras casas. Una mañana me encontré con Rodolfo enfrente del colegio donde estudiaba Carmencita quien ya tenia catorce años. Rodolfo se veía muy contento y la sonrisa no se apartaba de su rostro

Con gran orgullo me mostraba las calificaciones de Carmencita, eran notas impresionantes, ninguna bajaba de diez puntos y los estímulos que les habían escrito sus profesores eran realmente conmovedores. Felicite al dichoso papa

Carmencita ocupaba toda la alegría de la casa, en la mente y en el corazón de la familia, especialmente en la de su papa

Fue un domingo muy temprano cuando nos dirigíamos a misa, cuando Carmencita tropezó con algo, eso creíamos todos y dio un traspie, su papa la agarro de inmediato para que no callera... Ya instalados en la iglesia, vimos como Carmencita fue cayendo lentamente sobre el banco y casi perdió el conocimiento

La tomamos en brazos, mientras su papa buscaba un taxi hacia el hospital. Allí permaneció por diez dias y fue entonces cuando le informaron que su hija padecía una grave enfermedad que afectaba seriamente su corazón, pero no era algo definitivo, que debía practicarle otras pruebas para llegar a un diagnostico firme

Los dias iban pasando, Rodolfo renuncio a su trabajo para dedicarse al cuidado de Carmencita, su madre quería hacerlo pero decidieron que ella trabajaría, pues sus ingresos eran superiores a los de el

Una mañana Rodolfo se encontraba al lado de su hija, cuando ella le pregunto:

¿voy a morir, no es cierto? ¿te lo dijeron los doctores?

No mi amor... no vas a morir, Dios que es tan grande, no permitiría que pierda lo que mas he amado sobre este mundo

Respondió el padre

¿van a algun lugar? ¿pueden ver desde lo alto a su familia?¿Sabes si pueden volver?

Preguntaba su hija

Bueno hija,... en verdad nadie ha regresado de alla a contar algo sobre eso, pero si yo muriera, no te dejaria sola, estando en el mas alla buscaria la manera de comunicarme contigo, en ultima instancia utilizaria el viento para venir a verte

¿al viento? ¿y como lo harias?

No tengo la menor idea hijita, solo se que si algún día muero, sentirás que estoy contigo, cuando un suave viento roce tu cara y una brisa fresca bese tus mejillas

Ese mismo día por la tarde, llamaron a Rodolfo, el asunto era grave, su hija estaba muriendo. Necesitaban un corazón, pues el de ella no resistiría sino unos quince o veinte días mas

¡UN CORAZÓN! ¿donde hallar un corazón? ¡un corazón! ¿donde Dios mio?

Ese mismo mes, Carmencita cumpliría sus quince años. Y fue el viernes por la tarde cuando consiguieron un donante, una esperanza ilumino los ojos de todos, las cosas iban a cambiar

El domingo por la tarde ya Carmencita estaba operada, todo salio como los médicos lo habían planeado. ¡Éxito total!

Sin embargo, Rodolfo todavía no había vuelto por el hospital y Carmencita lo extrañaba muchísimo, su mama le decía que ya todo estaba muy bien y que su papito seria el que trabajaría para sostener a la familia

Carmencita permaneció en el hospital por quince días mas, los médicos no habían querido dejarla ir hasta que su corazón estuviera firme y fuerte y así lo hicieron

Al llegar a casa todos se sentaron en un enorme sofá y su mama con los ojos llenos de lagrimas le entrego una carta de su padre

Carmencita, hijita de mi corazón: 
Al momento de leer mi carta, ya debes tener quince años y un corazón fuerte latiendo en tu pecho, esa fue la promesa que me hicieron los médicos que te operaron. No puedes imaginarte ni remotamente cuanto lamento no estar a tu lado en este instante. 
Cuando supe que ibas a morir, decidí dar respuesta a una pregunta que me hiciste cuando tenias diez añitos y a la cual no respondí. 
Decidí hacerte el regalo mas hermoso que nadie jamas haría por mi hija... Te regalo mi vida entera sin condición alguna, para que hagas con ella lo que quieras.

¡¡Vive hija!! ¡¡Te amo con todo mi corazón!!

Carmencita lloro todo el día y toda la noche; Al día siguiente fue al cementerio y se sentó sobre la tumba de su papa; lloro como nadie lo ha hecho y susurro:

Papi,... ahora puedo comprender cuanto me amabas yo también te amaba y aunque nunca te lo dije, ahora comprendo la importancia de decir TE AMO y te pediría perdón por haber guardado silencio tantas veces

En ese instante las copas de los arboles se mecieron suavemente, cayeron algunas hojas y florecillas, y una suave brisa rozo las mejillas de Carmencita, alzo la mirada al cielo, intento secar las lagrimas de su rostro, se levanto y emprendió regreso a su hogar.







La Vida es...

La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es bienaventuranza, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un desafío, enfréntalo.
La vida es un deber, cúmplelo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es un tesoro, cuídalo.
La vida es una riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózalo.
La vida es un misterio, descúbrelo.
La vida es una promesa, realízala.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es una lucha, acéptala.
La vida es una aventura, arriésgate.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es vida, defiéndela.
LA VIDA ES BELLA!



¡Dios no patrocina fracasos!

¿Sabes que se necesita para ser mamá?
Bueno podrías darme argumentos como: para ser mamá primero se necesita ser responsable, tener madurez física como intelectual, planificar bien....etc.
Pero la verdad básicamente lo que se necesita para ser mamá
es un "papá".
¿Cierto?
Bien ahora que ya sabemos lo que se necesita para ser mamá dime, ¿Cómo se hace un bebé?.
Bueno para nadie es un secreto que para engendrar un bebé ambos padres aportan células importantes. ¿Cuáles son?, Correcto.
La madre aporta algo que se llama óvulo y el papá aporta algo
que se llama esperma en el cual viajan los espermatozoides.
Ahora bien, luego de esta introducción.....dime ahora....
¿cuántos Espermatozoides compiten para llegar al óvulo de la madre?
....uno, dos, diez,.....¿cuántos?,
¡correcto!....millones, tras millones, tras millones.
¿Hasta aquí estamos de acuerdo?, correcto, ahora dime...
de esos millones que compiten, ¿cuantos fecundan el óvulo?, medio
millón, diez, doce, cinco?...dime...¿Cuántos?, permíteme recordártelo
UNO....el más capaz el más rápido, el más fuerte, el que le
ganó a esos millones.
¿Sabes?. En esa carrera no hay premio para el segundo lugar...
es decir de millones sólo uno alcanza el premio de la vida, el campeón o la campeona.
Es decir... TU.
Desde el momento en que eres concebido en el vientre de tu madre ya traes la casta de campeón o campeona, ya eres un ganador.
Dios no patrocina fracasos.
Si Dios que es el Señor de la vida quiso darte ese
don, no es por un azar de la vida, tampoco por el falló de un
anticonceptivo, es por que él tiene un plan maravilloso para ti. Por
eso cuándo tu dices: "yo no sirvo para nada, yo no se por qué
nací, yo soy lo peor, yo soy basura"... estás ofendiendo a Dios,
porque Él te hizo a su imagen y semejanza. Dios...... no hace
basura.

Eres importante, eres especial!.
Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna; pero volviste a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar.
Hubo un momento en el que dejaste de creer en el amor; y luego apareció esa persona y no pudiste dejar de amarla cada día más.
Hubo un momento en el que la amistad parecía no existir; y conociste a ese amigo que te hizo reír y llorar, en los mejores y en los peores momentos.
Hubo un momento en el que estabas seguro que la comunicación con
alguien se había perdido; y fue luego cuando el cartero visitó el buzón de tu casa.
Hubo un momento en el que una pelea prometía ser eterna; y sin dejarte ni siquiera entristecerte terminó en un abrazo.
Hubo un momento en que un examen parecía imposible de pasar; y hoy es un examen más que aprobaste en tu carrera.
Hubo un momento en el que dudaste de encontrar un buen trabajo; y hoy puedes darte el lujo de ahorrar para el futuro.
Hubo un momento en el que sentiste que no podrías hacer algo: y hoy te sorprendes a ti mismo haciéndolo.
Hubo un momento en el que creíste que nadie podía comprenderte; y te quedaste boquiabierto mientras alguien parecía leer tu corazón.
Así como hubo momentos en que la vida cambió en un instante, nunca olvides que aún habrá momentos en que lo imposible se tornará un sueño hecho realidad.
Nunca dejes de soñar, porque soñar es el principio de un sueño hecho realidad.
"todo lo que sucede, sucede por una razón".







El Dia En Que Jesus Guardo Silencio

Aún no llego a comprender cómo ocurrió, si fue real o un sueño. Solo recuerdo que ya era tarde y estaba en mi sofá preferido con un buen libro en la mano. 
El cansancio me fue venciendo y empece a cabecear. 
En algún lugar entre la semi-consciencia y los sueños, me encontré en aquel inmenso salón, no tenia nada en especial salvo una pared llena de tarjeteros, como los que tienen las grandes bibliotecas. Los ficheros iban del suelo al techo y parecía interminable en ambas direcciones. Tenían diferentes rótulos. Al acercarme, me llamó la atención un cajón titulado "muchachas que me han gustado" . Lo abrí descuidadamente y empecé a pasar las fichas. Tuve que detenerme por la impresión, había reconocido el nombre de cada una de ellas: !se trataba de las muchachas que a mí me habían gustado!!! 
Sin que nadie me lo dijera, empecé a sospechar de dónde me encontraba. Este inmenso salón, con sus interminables ficheros, era un crudo catálogo de toda mi existencia. 
Estaban escritas todas las acciones de cada momento de mi vida, pequeños y grandes detalles, momentos que mi memoria ya había olvidado. Un sentimiento de expectación y curiosidad, acompañado de intriga empezó a recorrerme mientras abría los ficheros al azar para explorar su contenido. Algunos me trajeron alegría y momentos felices, otros por el contrario, un sentimiento de vergüenza y culpa tan intensos que tuve que volverme para ver si alguien me observaba. 
El archivo "Amigo" estaba al lado de "Amigos que traicioné" y "Amigos que abandoné cuando mas me necesitaban". Los títulos iban de lo mundano a lo ridículo. "Libros que he leído", "Mentiras que he dicho", "Consuelo que he dado", "Chistes que conté", otros títulos eran: "Asuntos por los que he peleado con mis hermanos", "Cosas hechas cuando estaba molesto", "Murmuraciones cuando Mamá me reprendía de niño", "Vídeos que he visto" No dejaba de sorprenderme de los títulos. En algunos ficheros habían muchas más tarjetas de las que esperaba y otras veces menos de las que yo pensaba. 
Estaba atónito del volumen de información de mi vida que había acumulado. Sería posible que hubiera tenido el tiempo de escribir cada una de esas millones de tarjetas? Pero cada tarjeta confirmaba la verdad. 
Cada una escrita con mi letra, cada una llevaba mi firma. Cuando ví el archivo "Canciones que he escuchado" quedé atónito al descubrir que tenía mas de tres cuadras de profundidad y, ni aún así, vi su fin. Me sentí avergonzado, no por la calidad de música, si no por la gran cantidad de tiempo que demostraba haber perdido. 
Cuando llegué al archivo: "Pensamientos lujuriosos" un escalofrío recorrió mi cuerpo. Sólo abrí el cajón unos centímetros Me avergonzaría de conocer su tamaño. Saqué una ficha al azar y me conmoví por su contenido; me sentí asqueado al constatar "ese" momento, escondido en la obscuridad, había quedado registrado. 
No necesitaba ver más. 
Un instinto animal afloró en mi. Un pensamiento dominaba mi mente: Nadie debe entrar jamás a este salón!Tengo que destruirlo! 
En un frenesí insano arranqué un cajón, tenía que vaciar y quemar su contenido. Pero descubrí que no podía siquiera desglosar una sola del cajón. Me desesperé y traté de tirar con más fuerza, sólo para descubrir que eran más duras que el acero cuando intentaba arrancarlas. 
Vencido y completamente indefenso, devolví el cajón a su lugar. Apoyando mi cabeza al interminable archivo, testigo invencible de mis miserias, empecé a llorar En eso el título de un cajón pareció aliviar en algo mi situación: 
"Personas a las que les he compartido el evangelio". La manija brillaba, y al abrirlo, encontré menos de 10 tarjetas. Las lágrimas volvieron a brotar de mis ojos. Lloraba tan profundo que no podía respirar; caí de rodillas al suelo llorando amargamente de vergüenza. Un nuevo pensamiento cruzaba mi mente: nadie deberá entrar a este salón, necesito encontrar la llave y cerrarlo para siempre. 
Y mientras me limpiaba las lágrimas, lo ví. 
!Oh no!, !Por Favor no!, !El no!, cualquiera menos Jesús!!. Impotente vi cómo Jesús abría cajones y leía cada una de mis fichas. No soportaría ver su reacción. 
En ese momento no deseaba encontrarme con su mirada. 
Intuitivamente Jesús se acercó a los peores archivos. Porqué tiene que leerlos todos?. Con tristeza en sus ojos, buscó mi mirada y yo bajé la cabeza de vergüenza, me llevé las manos al rostro y empecé a llorar de nuevo. El, se acercó, puso sus manos en mis hombros. Pudo haber dicho muchas cosas, pero El no dijo una sola palabra. 
Allí estaba junto a mí, en silencio. Era el día en que Jesús guardó silencio y lloró conmigo. 
Volvió a los archivadores y, desde un lado del salón, empezó a abrirlos, uno por uno, y en cada tarjeta firmaba su nombre sobre el mío. !NO!!, le grité corriendo hacia él. Lo único que atiné a decir fue solo !No!, !No!, !No! cuando le arrebaté la ficha de su mano. Su nombre no tenía porque estar en esas fichas. No eran sus culpas!!, Eran las mías!!. Pero allí estaban, escritas en un rojo vivo. Su nombre cubrió el mío, escrito con su propia sangre. Tomó la ficha de mi mano, me miró con una sonrisa triste y siguió firmando las tarjetas. 
No entiendo cómo lo hizo tan rápido. Al siguiente instante lo ví cerrar el último archivo y venir a mi lado. Me miró con ternura a los ojos y me dijo: Consumado Es, Esta Terminado, Yo He Cargado Con Tu Vergüenza Y Culpa. 
En eso, salimos juntos del salón Salón que aún permanece abierto. 
Por que todavía faltan más tarjetas que escribir. 
Aún no se si fue un sueño, una visión, o una realidad Pero, de lo que si estoy convencido, es que la próxima vez que Jesús vuelva a ese salón, encontrará mas fichas de qué alegrarse, menos tiempo perdido y menos fichas vanas y vergonzosas.



¿Viste A Dios?

En un salón de clases, la maestra iba a explicar la teoría de la evolución a los niños. Le preguntó a uno de los estudiantes:
-Tomás, ¿ves los árboles afuera? - Sí, contestó en niño. - ¿Ves la rama? -Sí.
Entonces, envió a Tomás a fuera y le dijo que mirara hacia arriba para ver si veía el cielo. Tomás entró y dijo: - Sí, maestra, vi el cielo. - ¿Viste a Dios? - No. La maestra, mirando a los demás niños del salón, dijo: -A eso es a lo que me refiero. Tomás no pudo ver a Dios porque no está allí. Sencillamente Dios no existe.
En esos momentos una de las niñas se levantó y pidió permiso a la maestra para hacerle unas preguntas a Tomás. La maestra accedió.
-Tomás, ¿ves la rama allá afuera? - Sí, contestó. - ¿Ves los árboles? - Síiiii, dijo el niño.- ¿Ves el cielo?, volvió a preguntar. - Sí. - ¿Ves el cerebro de la maestra? - No
La niña, dirigiéndose a sus compañeros dijo: - Niños, entonces y de acuerdo a lo que hemos aprendido hoy, ¡la maestra no tiene cerebro!.
Recuerden que no siempre es necesario ver para creer.
Bienaventurados los que creyeron sin ver los milagros de Dios.... " LA FELICIDAD ES UN TRAYECTO, NO UN DESTINO "

Un Hombre, su Caballo y su Perro.

Un hombre, su caballo y su perro, caminaban por una calle.
Después de mucho caminar, el hombre se dio cuenta que los tres habían muerto, en un accidente.
Hay veces que lleva un tiempo para que los muertos se den cuenta de su nueva condición.
La caminata era muy larga, cuesta arriba, el sol era fuerte y los tres estaban empapados en sudor y con mucha sed.
Precisaban desesperadamente agua. En una curva del camino, avistaron un portón magnífico, todo de mármol, que conducía a una plaza calzada con bloques de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde brotaba agua cristalina.
El caminante se dirigió al hombre que desde una garita cuidaba de la entrada.
- Buen día - dijo el caminante
- Buen día - respondió el hombre
- ¿Qué lugar es este, tan lindo? - pregunto el caminante
- Esto es el cielo - fue la respuesta
- Que bueno que nosotros llegamos al cielo, estamos con mucha sed, dijo el caminante
- Usted puede entrar a beber agua a voluntad - dijo el guardián, indicándole la fuente.
- Mi caballo y mi perro también están con sed.
- Lo lamento mucho - le dijo el guarda - Aquí no se permite la entrada de animales.
El hombre se sintió muy decepcionado porque su sed era grande. Mas el no bebería, dejando a sus amigos con sed. De esta manera, prosiguió su camino.
Después de mucho caminar cuesta arriba, con la sed y el cansancio multiplicados, llegaron a un sitio, cuya entrada estaba marcada por un portón viejo semi- abierto.
El portón daba a un camino de tierra, con árboles de ambos lados que le hacían sombra. A la sombra de uno de los árboles, un hombre estaba recostado, con la cabeza cubierta por un sombrero, parecía que dormía...
- Buen día - dijo el caminante
- Buen día - respondió el hombre
- Estamos con mucha sed, yo, mi caballo y mi perro.
- Hay una fuente en aquellas piedras - dijo el hombre, indicando el lugar.
- Pueden beber a voluntad.
El hombre, el caballo y el perro fueron hasta la fuente y saciaron su sed.
- Muchas gracias - dijo el caminante al salir.
- Vuelvan cuando quieran - respondió el hombre
- A propósito - dijo el caminante - ¿cuál es el nombre de este lugar?
- Cielo - respondió el hombre.
- ¿Cielo? ¡Mas si el hombre en la guardia de al lado del portón de mármol me dijo que allí era el cielo!
- Aquello no es el cielo, aquello es el infierno.
El caminante quedó perplejo.
- Mas entonces - dijo el caminante - esa información falsa debe causar grandes confusiones.
- De ninguna manera - respondió el hombre - En verdad ellos nos hacen un gran favor.
- Porque allí quedan aquellos que son capaces de abandonar a sus mejores amigos.








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