jueves, 5 de septiembre de 2013

El gimnasio

Platicaba un joven con una bella amiga. Era muy atractiva, asistía al gimnasio y ella le explicaba -Para que cambies tu cuerpo, 70% es la alimentación y 30% el ejercicio. Y cambia muy rápido en muy poco tiempo, por eso las personas que asisten a clases de aerobics nunca mejoran su cuerpo. Solo hacen ejercicio y nunca cambian su alimentación. Y se ven exactamente igual a la vuelta de los meses-.
Sorprendido, le respondió -No pensaba que la alimentación fuera tan importante ¿sabes? Creo que lo de la alimentación puede aplicar a todos los ámbitos de la vida-.
-¿Cómo?- respondió la bella joven.
-Si, -continuó el chico, emocionado con un destello en su mirada- verás, hay personas que se esfuerzan mucho y no consiguen un buen cuerpo, como las chicas de los aerobics. Y creo que hay muchas personas que se esfuerzan en conseguir dinero y amor, pero nunca lo consiguen, porque "no se alimentan bien", a pesar de que se esfuerzan demasiado.
-¿Y cuál podría ser el equivalente del alimento?- preguntó curiosa la joven.
-Mmmm... Creo que el alimento del alma, son los pensamientos, los deseos, los sueños. Y si una persona tiene sueños egoístas y poco sanos, como la mala alimentación, no conseguirá lo que quiere.
-Sabes ¡eres un genio! -replicó la chica emocionada. Creo que podría ser cierto.
-He notado que las personas que consiguen amor -prosiguió el joven- son felices, por la vida que llevan, por sus sentimientos y atraen personas que deseas ser sus parejas, como la miel a las moscas.
¿Sabes qué? En los negocios, los más exitosos son personas totalmente sinceras, agradables, que te comprenden y te ayudan en tu negocio. Claro, contrasta con las personas que no le echan ganas, que no cumplen sus promesas, que actúan con cara de ogros y quieren aprovecharse de ti.
-La chica respondió: En el caso del gimnasio, existen alimentos claramente nutritivos, pero ¿y los pensamientos? ¿Cómo sería?
-Creo que la esperanza y la fe, son pensamientos nutritivos. Alegran el alma- replicó el joven.
-¡Cierto! -exclamó la joven- Ahora que lo pienso, mis amigos que no tienen pareja, siempre están tristes y pensando que la vida no los trata bien.
-Pensamientos chatarra y que afectan el alma- complementó el chico.
-¡Exacto! Pero requiere disciplina ¿verdad?- dijo la joven
-Seguro, como el gimnasio- afirmó el chico.
-Si, es un infierno el ejercicio y la dieta -confesó la hermosa joven. Comer atún, cambiar tus hábitos alimenticios, en fin. Pero te acostumbras y los resultados, repito, son a corto plazo y valen la pena. Y creo que cambiar los hábitos de tus pensamientos, no es diferente en cuanto a la disciplina que exige. Pero los resultados serán igual de espectaculares.
¡Qué interesante! Hoy aprendimos mucho. Y se despidieron.
Y tú ¿Cuál es tu dieta mental? ¿Qué pensamientos nutren tu espíritu para lograr lo que quieres?

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