jueves, 5 de septiembre de 2013

La autoestima es un camino

¿Qué escribir de la autoestima que no se haya escrito ya? ¿Mírate al espejo y dite que eres un triunfador, repite afirmaciones y verás que fácil es? No. La verdad es que la autoestima es difícil y lo más honesto que puedo compartirte es mi historia. Y al escribirla, descubrí que dependiendo de mis conocimientos y vivencias del momento, eso era lo que yo sentía. Tenía que equivocarme. Tenía que levantarme. Tenía que aprender. Y descubrí que la autoestima es un camino. 

Me recuerdo a la edad de 5 años, sólo en la recámara. Recuerdo a mi madre dándome sermones de cómo debía comportarme. Me hizo muy tímido y en vez de disfrutar a las personas, les tenía miedo. No recuerdo haber jugado con mi padre y madre de niño.
De mi padre no tengo huella en mi niñez, es como si no hubiera existido. Me imagino que trabajaba y es posible que convivimos algo. Pero no lo recuerdo. Mi madre todo el tiempo haciendo quehacer.

"MIS PADRES ESTUVIERON AUSENTES EN MI NIÑEZ"

No recuerdo haber platicado mucho con ellos. Si, siempre se esforzaron en darme los mejores juguetes. Pero no siento ninguna huella emocional.

Viendo para atrás, hubiera sido valioso que convivieran más conmigo, que mi madre hiciera menos quehacer y mi padre jugara un poco conmigo.

Recuerdo a mis padres quejándose todo el tiempo del dinero en mi presencia. A tal grado sentía su pobreza, que en sexto año de primaria cuando encargaron cosas para un festival, fui el único que dijo: “No participaré, porque mis padres no tienen dinero”.

Viendo para atrás, creo que fue un abuso que mis padres se quejaran tanto del dinero en mi presencia, me hizo sentir muy inseguro. Era sólo un niño y era una esponja emocional, que absorbía la energía que se desplegaba en mi casa, la mayor parte negativa.
Si, tengo la atronadora voz de mi madre en mi memoria llenándome de reglas, diciéndome que a las mujeres no había que tocarlas ni con el pétalo de una rosa.

Me recuerdo a punto de arrancar la hoja de un libro mío, cuando una niña en la primaria me dijo que le gustaba esa página. Ella me detuvo con ojos enormes, por que estaba a punto de arrancarla. Sentía que debía de complacerla en todo, de la misma forma que mi madre me había inculcado.

"NADIE NACIMOS CON PADRES PERFECTOS, SUS DEFECTOS NOS SIRVEN PARA AFINAR NUESTRO CARACTER Y CUMPLIR NUESTRO DESTINO"

Ahora de adulto, pienso si mi vida no hubiera sido diferente de tener padres distintos. Pero mi respuesta, es que todos tenemos una misteriosa misión que cumplir en esta vida y nacemos en familias que ponen a prueba nuestro temple, nuestra valentía y que no es algo que aparezca de repente, sino que puede llevar años elaborarlo.

Todos venimos con nuestro equipaje de retos y la familia en la que nacemos nos pondrá trabas. Y tenemos que elegir el amor y la paciencia, en vez del rencor.


Sí, te lo digo muy quitado de la pena desde mis ojos de adulto. Pero fue algo que en un inicio no comprendí. De hecho, por años no lo hice. A la edad de 13 años sentía que mis padres no me querían y pensé en suicidarme.

Pensé que si me veían desangrado, quizás llamaría su atención y me darían un poco de cariño. Si, lloraba en secreto.
No, no lo llevé a cabo. Pero me sentía deprimido porque no me sentía querido.
Sentía miedo ante la vida…

"ME HARTE DE TENER MIEDO. DECIDO PONERLE CARA A LA VIDA Y VENCER MIS LIMITES"

Hasta que me harté. Me cansé de vivir para los demás, como mi madre me había enseñado y decidí ser yo mismo. Decidí que la persona que me quisiera, sería porque conocería mi verdadero yo. Sí tenía miedo de que me rechazaran, pero ya no me importó. Me harté de ocultar mi verdadero yo y decidí expresarlo, incluso al precio de no gustar.

Habré tomado esta decisión a los 16 años. Y me sorprendió que la gente me quería como era y hasta tuve mi primera novia. En verdad pensaba que nunca tendría novia, que nadie me querría. De hecho, pensaba que el primer día de novios un coche me atropellaría al atravesar la calle y no sabría lo que era tener novia.


Si, nunca me atropelló ningún coche. Tuve mi primera novia y me sorprendía que se había enamorado de mí. Fue un gran logro que me elevó mi autoestima ¡sí era querible!

Me gustaría que si tu sientes un miedo parecido, solo seas tú y te puedes sorprender como yo.

Los años pasaron…

Me decían que era atractivo. Me asustaba cuando chicas me seguían, o me piropeaban.

Recuerdo que me consideraba a mí mismo feo y corrí curioso a observarme mejor al espejo. Me veía “normal”, pero parecía que a varias chicas si les llamaba la atención. Mis amigos me comentaban que en los lugares de baile las mujeres me miraban mucho. Francamente era bastante distraído y no me fijaba. Le gustaba mucho a las mujeres más grandes que yo, no se por qué .

Aquí quiero subrayar un punto: la baja autoestima sembrada por años gracias a la enfermiza relación con mi madre, hizo que me viera a mi mismo como alguien poco atractivo.

Quiero que entiendas, de que si te encuentras en el camino con un hombre o mujer atractivo y no se ve a sí mismo como alguien deseable y especial, puede tener una experiencia parecida a la mía. En serio que quedas ciego ante ti mismo por las palabras de mamá o papá.  

Viendo para atrás incluso algunas fotos mías de adolescente, me sorprendo porque sí me veo bien, pero visto a través de los ojos de un adulto que elaboró su autoestima. Pero era algo que no podía ver de mí en aquella época.  

"¡EL PRIMER ELOGIO DE MI PADRE! AUNQUE USTED, NO LO CREA. SU MUERTE ME REVELA UN SECRETO QUE ME CAMBIO LA VIDA"
Con los años, fui desarrollando mi personalidad y creyendo más en mí. Con el tiempo tuve bastante éxito en mis negocios y como bailarín. Recuerdo vivamente cuando me presenté en un auditorio bailando merengue, al cual invité a mis padres.

En aquella exhibición era la pareja principal.

Mi mamá dijo que mi papá exclamó cuando me vio bailar: “¡Ese es mi hijo!!. No lo podía creer. Mi padre, inexpresivo, por primera vez en su vida había expresado admiración hacia mí.

Los años pasaron y podría extenderme más, pero quiero llegar a un punto importante. Mi padre murió. Fue en un abrir y cerrar de ojos, en 15 días se fue. Durante el velorio, sus compañeros de trabajo asistieron a darle su último adiós.

“¡Tú eres su hijo!” Exclamaban. Me di cuenta, que mi padre hablaba mucho de mí y se vertía en elogios hacia mí, hacia mi éxito, hacia lo atractivo que me veía. Mi mamá me dijo que en ciertas ocasiones hablaba tanto de mí, que le decía que ya no lo hiciera, porque le caería mal a la gente.

Fue un regalo hermoso que me dio mi padre, al momento de morir. El único momento que recuerdo que estaba contento por mí, fue cuando mi madre dio a luz y le dijeron que había sido hombre. Estaba inmensamente feliz. Cuando murió mi padre, pensé con tristeza que quizás nunca cumplí sus expectativas. Pero descubrí con su muerte, que él me amaba profundamente.

 Sí, él no expresaba mucho sus sentimientos, y nunca lo comprendí con mis ojos adolescentes, pero mis ojos adultos entendí que tuvo una madre muy fría –él sufrió mucho al no sentirse querido por su madre- que no le dio amor y que por eso, él nunca supo expresar el amor que a mí me hubiera gustado.

Pero él siempre mostró su amor hacia mí y mis hermanos, pagándonos la escuela y todo lo que necesitamos. Nunca nos faltó nada y se lo agradezco. En los últimos meses conviví un poco más con él, por lo que me siento tranquilo de que pude disfrutarlo antes de su inesperada partida.

Ordenando las fotos después de su muerte, hallé una en la cual él me tenía cargando, con una pelota de futbol en un parque y me miraba con orgullo ¡Si jugaba conmigo y no lo recordaba! La energía negativa crea huellas más profundas y me jugaron una mala pasada. Ahí estaba la prueba de que mi padre sí estuvo conmigo.
ES POSIBLE QUE EN ESTOS MOMENTOS TE SIENTAS NO QUERIDO POR TUS PADRES. QUIERO QUE PIENSES, QUE PROBABLEMENTE TE VALORAN Y ADMIRAN EN SECRETO, PERO NO LO SABES. YO TUVE LA FORTUNA DE SABERLO. QUIZÁS AUN TÚ NO LA TENGAS.

Creo que la esencia de la vida, es ser paciente, aprender a perdonar y amar. No es algo que se adquiera rápido y es el sufrimiento, la elaboración de los sucesos de la vida, los que crearán esa persona hermosa, con corazón de oro.

Si, conozco personas que nunca crecen y son violentas toda su vida, que en la mismísima tumba no perdonan a un moribundo. Pero te comparto algo de mi vida, con la esperanza de que tú seas una de esas personas que elabora su sufrimiento y lo transforma a la luz de la comprensión y el amor.

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