Una noche soñé que era un ave, tan majestuoso como el fénix y volé al infinito extasiado por la belleza del universo mismo vi. Pasar cometas, asteroides y me pose en las estrellas nunca imaginé la suavidad aterciopelada de ellas.
Una noche soñé que era un ave, que volaba sin fronteras me elevaba al eterno cielo, entre nubes y gotas de rocío, volé entre las nubes, y la brisa del aire mis plumas arrullaba, nunca imaginé que volar fuera tan bello.
Desperté y me di cuenta que no soy un ave, y que la palabra “nunca imaginé” siempre ha sido un obstáculo para volar, la imaginación es un sueño sin fronteras y sin límites, que me hace volar como un ave hasta el último rincón del universo, anoche imaginé que era un ave, mañana imaginaré que soy una estrella o quizás el universo mismo…
jueves, 5 de septiembre de 2013
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